UN AYUNTAMIENTO CON RELOJ DE SOL DOBLE Y CAMPANARIO

Cuando Bermeo de nuevo ardía en la noche de del 13 de abril 2013, todas y todos pensábamos en el desastre que se estaba produciendo en nuestro querido pueblo. Al día siguiente, cuando los últimos rescoldos se iban apagando, parecía que las llamas se habían tragado también al udaletxe, pero por suerte dentro de la terrible desgracia que sufrimos, sobrevivió. Posteriormente, los datos estructurales en su parte posterior lo llevaron a una reforma integral, que dura a día de hoy. Pero, ¿qué sabéis de este importante edificio municipal?

Un poco de historia
En otra entrada ya os he comentado que hasta el siglo XVIII, los principales edificios del poder civil y eclesiástico no se encontraban en el centro de la villa, sino en la periferia de la misma. Tened en cuenta que en lo que hoy conocemos como 'Goiko plaza' en la época medieval no contaba ni con el ayuntamiento ni con la iglesia de Santa María. El resto de edificios se distribuían por los arrabales de la villa: Santa Eufemia en el puerto, la imponente Santa María en la Tala o el convento de los Franciscanos fuera de las murallas. Esta circunstancia le llevó a Ignacio Arocena a teorizar sobre la posibilidad de que el alcázar de los Señores de Vizcaya se encontrase en lugar de en Zarragoitxi, en esa zona central del casco antiguo. Esta teoría se reforzó con la demolición de la torre-palacio del Conde Baños en 1820 para el inicio de la construcción de la iglesia nueva de Santa María, ya que se localizaron unos restos arqueológicos de importante valor que llevaron a pensar en la posibilidad de que se tratase del histórico alojamiento de los Señores de Vizcaya.

Primera y segunda ubicación del ayuntamiento 
Atendiendo a la documentación, la ubicación medieval del ayuntamiento estuvo en los soportales de la propia iglesia de Santa María de la Atalaya. Así, 'el alcalde, fieles, regidores, mayordomos, rectores... junto con los hombres honrados de la villa' se reunían en el pórtico o espacio contiguo de la iglesia de Santa María de la Atalaya. Además, hasta el siglo XVIII y como mandaba la tradición, el alcalde debía de jurar su cargo en la Capilla del Santo Cristo de esta iglesia. Ahora bien, la necesidad de disponer de un edificio o local expresamente habilitado para estas reuniones, originó que se habilitasen pequeños edificios para tal fin. En Bermeo, esta primera casa consistorial estuvo en la calle Erremedio, que toma su nombre por estar al comienzo de esta calle la más importante de sus entradas: la Puerta de Nuestra Señora de los Remedios. Y es que esta calle Erremedio recibía en 1514 el nombre de Maga de Lobos, posteriormente nos la encontramos con el nombre de Carceloña en su primer tramo y Matalobos en el segundo, lo que nos lleva a pensar que la cárcel estuvo situada en el primer tramo, junto a la entrada principal de entrada del pueblo, y posiblemente en el mismo edificio que el del ayuntamiento. La presencia de la casa del concejo ayuntamiento en esta calle la tenemos registrada ya en 1527.

Tercera ubicación del ayuntamiento
La presencia del ayuntamiento en la calle Erremedio se prolongó durante el siglo XVII, porque ya para comienzos del siglo XVIII, ya se alude a la presencia de la casa consistorial en la ubicación actual. Este traslado fue importante, ya que se situó el corazón del núcleo urbano, al final de la calle Carnicería Vieja (hoy Nardiz tar Jon Kalea). Esta calle se bifurcaba en las calles Torrontero (hoy Ertzilla Kalea) y Arostegi, formando una pequeña plaza junto al palacio-torre del conde de Baños. Precisamente sobre el solar de este palacio, se inició en 1821 la construcción de la nueva iglesia de Santa María, con lo que el centro religioso y administrativo de la villa quedó situado en el corazón mismo del casco urbano. La plaza, popularmente conocida como Goiko Plaza, se formó a finales del siglo XIX entre ambos edificios nobles tras el derribo de las casas que allí existían.


Incendio y nuevo ayuntamiento 
El 24 de marzo de 1722 un nuevo incendio destruyó gran parte del casco urbano afectando a: 42 casas, la iglesia de Santa María de la Atalaya, el palacio del conde de Baños, situado en la plaza, y el ayuntamiento con los edificios adyacentes (o en el interior del propio ayuntamiento) destinados a la alhóndiga (una especie de almacén), al peso real, a la cárcel y el archivo (con 21 sacos de documentos, la historia acumulada desde el incendio de 1504 desapareció). El golpe fue durísimo para la economía local. Por tanto, en este intervalo de tiempo el ayuntamiento traslada sus reuniones junto con la cárcel, peso real y alhóndida al hospital de Santi Spiritus, situado en la parte alta del núcleo urbano, junto a la iglesia de Santa María de la Atalaya.

Construcción del actual ayuntamiento
No tenemos noticia de cuándo comenzó su construcción, pero con el análisis de los acontecimientos podemos deducir que fue a finales del primer tercio del siglo XVIII; ya que el nuevo edificio se termina 1733 de la mano de Domingo de Cafranga. Su inauguración fue algo anterior, el día 28 de mayo de 1732. El edificio constaba de una planta baja, con un amplio soportal (que se conocía con el nombre de kontzillopie), las escaleras de acceso a los pisos superiores. La planta noble formada por el salón de sesiones, y el piso superior donde se localizaban los despachos del alcalde y secretario, las oficinas y una pequeña vivienda. De esta planta se accedía, por medio de unas escaleras al camarote. En 1880 el edificio sufre una pequeña reforma, consistente en añadirle el campanario sobre la tercera planta. En 1928 se acometió una reforma centrada en el refuerzo del inmueble, se eliminó la vivienda y levantando una cuarta planta (destinada al archivo), y se le añadió el templete con las dos campanas, con lo que la casa consistorial adquirió la distribución y el aspecto que tenía hasta el incendio de abril de 2013.

La fachada
No os doy toda la explicación arquitectónica, ya que Muñoa y Erkoreka lo explican muy bien en el texto que os dejo debajo en las fuentes. La estructura del edificio es simple pero elegante; así, de los cuatro balcones de la primera planta, que por cierto, presentan una forja idéntica a las que presenta el convento de San Francisco, nos encontramos en el eje vertical de la fachada con el escudo de Bermeo y bajo él se aprecia una mancha esférica, resultante del anterior emplazamiento del reloj. Este escudo de la villa fue tallado en jaspe por el escultor gernikarra Andrés de Uribe, costando su ejecución en la época en la que se levantó el edificio 6.950 reales. En este escudo se puede observar dos lobos andantes encerrados en círculos y debajo un barco con gente remando tras una ballena. Entre las figuras y ornamentos exteriores hay en su parte superior una cabeza con abundante barba. Entre la segunda y tercera planta nos encontramos con una cornisa moldurada con una hermosa gárgola con cabeza de león que simboliza, posiblemente, el título de Cabeza de Vizcaya que ostentó la villa desde 1476 hasta 1602. Coronando la fachada está el templete que acoge el reloj, y sobre el mismo un friso en el que descansa un frontón clásico, decorado en su centro con la efigie de un varón, de medio perfil, con cabello y barba rizados, vistiendo gola (el adorno del cuello). Según Erkoreka y Muñoa, pudiera tratarse de un homenaje al hijo ilustre de Bermeo, el poeta Alonso de Ercilla, que está representado de forma muy similar en un lienzo que cuelga en el interior del edificio.

El campanario, reloj de sol y la fuente
La presencia del campanario tiene su origen en el carácter asambleario 'concejo abierto' que tenían las reuniones o asambleas del concejo medievales. La forma de convocar a los vecinos era tañendo las campanas, en este caso de la iglesia de Santa María de la Atalaya. Lo que no sabemos es si los sucesivos ayuntamientos de Bermeo tuvieron campanario. Lógicamente, este campanario está relacionado con el reloj, dando sonido a sus horas. El campanario consta de dos campanas, no llevan ningún tipo de inscripción, la superior y más pequeña pesa 72 kg. y la inferior y más voluminosa pesa 198 kg.
En enero de 1867 el ayuntamiento aprueba la instalación de dos fuentes públicas en las dos plazas por antonomasia de la localidad, denominadas popularmente Goiko plaza y Beko plaza (pila de la fuente de Taraska). Las dos pilas de fuente (la adosada al ayuntamiento y la de Taraska) fueron diseñadas y labradas, en mármol de Ereño, por Antonio Ibarraran y Juan Pedro Dóndiz, haciendo entrega de las mismas al ayuntamiento en 1870. Los dos caños son dos fuentes de hierro decoradas con flores y peces, descansando en dos patas de león. Presenta en la basa de una de ellas una inscripción que permite conocer su procedencia francesa (J.J. DUGEL x FILS ... PARIS). En el 2018 se llevó a cabo la restauración de esta fuente. Ahora está pintada de blanco. Personalmente, me gustaba más el color original anterior.
Y si os fijáis en la esquina de la fachada que está encima de la fuente, nos encontramos un reloj de sol doble. El primero es el que da hacia Goiko plaza, es del tipo 'Cuadrante vertical a Levante'. Tiene los extremos enrollados en espiral y numerada de 4 a 11 de la mañana, la varilla está desaparecida; y en la parte superior está la inscripción: "Q. Ft. 1745". Vamos, que se realizó en 1745. El segundo reloj está en la fachada que da hacia Nardiz tar Jon. En él, los números de 5 de la mañana a 7 de la tarde están dentro de un marco sin cerrar, y con los extremos libres verticales enrollados en espiral. Todavía se conserva la varilla. Al igual que la fuente fueron restaurados en el 2018. Como curiosidad os diré, que posiblemente el reloj que está en la fachada que da hacia Nardiz tar Jon, sea el que realizó Joseph de Urdaibay en 1704, y que previamente estuvo en la fachada del ayuntamiento que se incendió en 1722.


Ahora bien, si hasta aquí os he contado el continente, sin duda el contenido del ayuntamiento es muy interesante. Destacando la importante colección de pinturas contemporáneas, fechadas entre 1968 y 1982: siendo el hilo temático de una parte importante de las mismas Bermeo y la costa vizcaína. Entre la variedad de autores y estilos, distinguimos varias obras más antiguas que se corresponden con trabajos de varios representantes de la Escuela Vasca Clásica, el bermeotarra Barrueta, Zaldunbide y Aranoa, el cuadro histórico de Carol y varios cuadros anónimos, retratos en su mayoría. Y para terminar, también es interesante la placa que está en la sala de juntas y que recuerda la presencia de Alfonso XIII con motivo de la galerna de 1912.

El kiosko que tenemos actualmente en medio de la Goiko plaza es de la primera década del siglo XX, anteriormente hubo otro también octogonal con barandilla de madera, y en cada ángulo se alzaban unas columnistas unidas y adornadas con guirnaldas, careciendo de cubierta.

Fuente: Sin duda, el estudio de M- Muñoa, A. Erkoreka, G. Duo y J. Velilla, "Casa consistorial de Bermeo" en Monumentos de Bizkaia, t. III. Tenéis también un curioso documento sobre los relojes de sol de Bizkaia de P. Novella.

Agradecimientos: Las preciosas fotos del reloj de sol pertenecen a Iratxe Astui, a quien agradezco que me las haya prestado para esta píldora

Tiempo de lectura: 4' 33''

*Si os ha gustado compartir y difundir, y entre todas y todos hacemos más grande nuestro pequeño paraíso. 


Ayuntamiento en fiestas (1890)

Ayuntamiento (1890) Ubicación original del reloj en la fachada y campanario todavía sin templete.

Goiko plaza (1907)

Ayuntamiento (1909)

Goiko plaza en fiestas (1909)

Procesión de niños/as (1909)

Ayuntamiento (1909)

Reloj de sol doble ya restaurado (2018)

Reloj de sol que da hacia Goiko plaza

Reloj de sol que da hacia Nardiz tar Jon

Reloj de sol doble antes de su restauración (2014)

Proceso de restauración del reloj de sol doble (2018)

La pila de mármol de Ereño y los dos caños antes de su restauración

Ayuntamiento antes del incendio (2007)

Reloj y campanario. Se observa también el posible busto de Ercilla dentro del templete 
 
Escudo de la villa en la fachada tallado por el gernikarra Andrés de Uribe

Restauración del campanario (2020)

Primera representación del ayuntamiento (1844)

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