¿POR QUÉ SE DERRIBÓ LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA ATALAYA?
Sí,
lo confieso tengo debilidad por la iglesia monumental que teníamos en la Tala.
Todo lo que rodea a este hermoso templo siempre me ha entusiasmado: su estilo
arquitectónico, sus ornamentos, su documentación, etc. Me encantaba rodearme de
escritos y pergaminos del medievo en el Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia, y pensar que en algún momento de la historia habían estado allí, en
algún rincón de su archivo parroquial. Como sabéis la historia tiene que trazar
su camino, y con esta iglesia, fue bastante cruel: incendios, deficiencias en su construcción o una penosa
ubicación, y que inexorablemente la llevaron al más desdichado de los destinos,
su desaparición.
POLÉMICA POLÍTICA
Para
entender lo ocurrido hay que analizar el proceso de construcción de la nueva
iglesia de Santa María. En otra entrada ya os comenté que esta construcción
supuso un cambio profundo en el ordenamiento urbano de la villa, ya que hasta
el siglo XVIII no había habido ningún edificio de entidad civil ni religiosa en
el centro de la población. Además, el proceso para la construcción de este
nuevo templo originó una radicalización de la división política de la sociedad
bermeana del siglo XIX. La ubicación de la iglesia motivó la división de
opiniones:
1)
GOIKUEK: partidarios de que se mantuviese la iglesia en el solar anteriormente
ocupado por la iglesia de la Atalaya.
2)
BEKUEK: quienes pedían que se trasladase al centro de la villa, un lugar menos
expuesto a las inclemencias del tiempo.
Ganaron
estos segundos, siendo además el parecer del grupo dirigente y progresista, su
intención era aunar en un único espacio los símbolos del poder político y
religioso del pueblo; esto es, el ayuntamiento y la iglesia, haciendo de este
lugar simbólico el centro del poder político y religioso de Bermeo. Esta
confluencia de intereses entre tradicionalistas y liberales configuraron una
historia constructiva de la iglesia muy conflictiva. A las interrupciones por
motivos bélicos se unieron paros por falta de presupuesto motivado por la
negativa del pueblo a pagar determinados impuestos para el pago de la nueva
construcción. Este conflicto también afectó a la producción artística, y por
ende, al diseño de los planos de la nueva iglesia de Santa María, pero esto ya
os lo contaré en otra entrada.
EL DESTINO ESTABA ESCRITO
Sin
duda, su estampa sobre el acantilado de Bastarre debía de ser espectacular, en la zona de Landatxu,
pero las deficiencias en la construcción y la elección de un lugar poco acto para soportar un edificio con estas dimensiones aceleraron su ruina, y la última decisión del pueblo de abandonar los proyectos de
reforma y construirla de nueva planta en una zona más resguardada y céntrica. Por otra parte, los incendios no la dejaron tampoco tranquila. En 1504 fue afectada de forma
significativa, aunque se reformó. Ya desde comienzos del siglo XVII fue evidente
el imparable estado de ruina que amenazaba la iglesia de la Atalaya. En este
sentido, la documentación de la época nos da continuas referencias a
las constantes reparaciones que se realizaban tanto para intentar evitar el colapso del edificio como para asentar el terreno ante los continuos desprendimientos. El incendio de 1722 originó
importantes daños, pero de nuevo las obras de reparación continuaron:
-En
1744 se le encarga al pintor Manuel de Villalon la pintura y dorado del
colateral y las urnas de San José.
-En
1747 se reparan las vidrieras.
-En
1751, Juan Antonio de Bega realiza un reconocimiento de las bóvedas de la
iglesia.
-En
1759 y 1762 se realizan las pinturas de la capilla del Santo Cristo y se
realiza la obra de la capilla de la Vera Cruz.
-Entre
los años 1763 y 1764 el maestro de obras Juan de Guesala construye la torre
nueva de la Atalaya con su campana nueva. Esta nueva torre se puede ver
perfectamente en el cuadro de Luis Paret.
-En
1769 se completaron las obras de construcción de una sillería de hierro y
enrejado para el presbiterio de la Atalaya, cuyo autor es el afamado maestro
herrero Francisco de Chopitea.
Ya
veis como el interés del pueblo por mantener el templo se constata a través de
esta cantidad de obras. Pese a esto en 1770 se reconocen las bóvedas,
hallándolas en completa ruina. El proceso de desmantelamiento comenzó con el traslado
del órgano en 1772 y la solicitud de un informe en este mismo año al arquitecto
Gabriel de Capelastegui. Sin embargo este no será más que un primer paso en las
complicadas gestiones de derribo de la iglesia de la Atalaya y la construcción
de la nueva iglesia de Santa María de la Asunción. Así, en 1776 y tras el
derrumbamiento de las bóvedas de la iglesia y visto el deterioro continuo, el
cabildo solicita un nuevo informe al perito fray José de San Juan de la Cruz.
Se harán nuevos peritajes en los que se terminará por proponer nuevas
localizaciones para la nueva iglesia, siendo aceptada la sugestión de ubicarla
en el solar de la casa de Baños y en terrenos de José Ventura de Mendoza de Arteaga y Madariaga, en frente del ayuntamiento. Finalmente, en
abril de 1782 comenzaron las labores de derribo de la iglesia de la Atalaya, se
inició con la demolición de la torre de la iglesia siendo comisionados por la
villa Joaquín de Urioste y Manuel de Aurrecoechea. La obra de derribo finalizó
en julio de 1783, cerrándose la iglesia y trasladándose todas las funciones
parroquiales a Santa Eufemia el día 16 de febrero de 1784.
Sin
duda, el cuadro de Luis Paret de 1783 es una referencia fundamental para
observar el proceso de demolición de este monumental edificio que teníamos en
nuestra Tala.
Fuente:
Podéis seguir leyendo sobre este conflicto en el libro Historia de Bermeo de Zabala-Otzamiz Tremoya.
*Si
os ha gustado pues ya sabéis a compartir ..., y entre todas y todos difundimos
la historia de nuestro Bermeo.
(Tiempo
de lectura: 3’43’’)
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Se observa el proceso de demolición ya iniciado. |
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Nueva torre construida en 1763 y 20 años más tarde será demolida. |
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Imagen del rosetón y puerta de acceso desde la calle Santa María. |