CUANDO LOS FASCISTAS NOS QUEMARON SAN JUAN

Cada 30 de diciembre celebramos la tradicional última misa del año en San Juan. En otra píldora ya os conté su origen y la importancia de la Comisión de Mantenimiento del Santuario. Hoy quiero, además de recordar la importante labor que realiza esta Comisión, un acontecimiento que se produjo en octubre de 1978 y que cayó como un mazazo en nuestro pueblo, la quema y destrucción de San Juan de Gaztelugatxe. Con ánimo de recordar y no olvidar lo que los fascistas son capaces de hacer, os traigo una píldora que os describe todo lo ocurrido. Dentro video...

¿Quiénes fueron los autores?

Bajo el calificativo de terrorismo 'incontrolado', nos encontramos con un conjunto de acciones violentas, hechos denunciados y nunca investigados entre 1975 y 1978 en toda Busturialdea. Los efectivos del terrorismo 'incontrolado' fueron siempre funcionarios, miembros de las llamadas fuerzas de orden público, concretamente del Grupo de Operaciones del Servicio Secreto de Información de la Guardia Civil (GOSSI), exiliados fascistas que se hallaban protegidos por la dictadura franquista y que formaron grupúsculos terroristas como 'Ordine Nuevo, 'OAS', etc.; y organizaciones ultraderechistas como los 'GCR (Guerrilleros de Cristo Rey)', 'FAS (Fuerza Anti-Separatista)', etc. De la mano de estos terroristas 'incontrolados', se llevaron a cabo numerosos actos como la quema y destrucción de San Pedro de Atxarre, San Miguel de Ereño, la casa de Jesús Arrien (cura de Kanala), se destruyó con bomba un bar de Mundaka,  la destrucción del caserío del pintor Agustín Ibarrola, o nuestro San Juan de Gaztelugatxe. Si queréis saber más, os invito a que leáis el interesante trabajo de José Ángel Etxaniz 'Txato', El último estado de excepción.

El incendio y destrucción de San Juan
La madrugada del 10 de octubre de 1978 se produjo el ataque. Seguramente quemaron todo el recinto con latas de gasolina, ya que este era el modus operandi que llevaron a cabo estos grupos fascistas en otros ataques. La ermita en su interior quedó totalmente destruida, tan solo se mantenían en pie las cuatro paredes de la iglesia y en malas condiciones. La cabeza del santo apareció deteriorada en las peñas, de donde fue recogida y trasladada para su custodia al Convento de los Franciscanos. Por suerte, una de las piezas más antiguas sobrevivió, me refiero a la imagen de Santa Ana y el Niño, y que los expertos la sitúan en el gótico del siglo XIV. 

Reconstrucción: la creación de la Comisión Pro-Reconstrucción
Para los bermeotarras fue un golpe durísimo, pero lejos de resignarnos y todavía no sobrepuestos de esta tragedia surgió un movimiento en el pueblo liderado por un grupo de bermeotarras, que haciendo suyo el sentir de un pueblo, se propusieron restaurar este simbólico enclave. Así, este grupo realiza un llamamiento a todos los txokos, sociedades deportivas, culturales, Ayuntamiento y Comisión de mantenimiento del santuario de San Juan de Gaztelugatxe / Donibane Santutegiko Zaintzaile taldea (comisión encargada hasta ese momento de la conservación de San Juan). La respuesta no se hizo esperar y, de esta manera, cinco días después del siniestro, el 15 de octubre de 1978, tiene lugar la primera reunión tendente a la reconstrucción de San Juan; nace así, y toma forma en posteriores reuniones, la Comisión Pro-Reconstrucción de San Juan. Esta Comisión se compone en sus inicios, y en función de sus primeras necesidades, de tres grupos diferenciados: Comisión Técnica, Comisión Económica y Comisión de Relaciones Públicas, que crean los cimientos para esta compleja reconstrucción.

Las obras
Tras evaluar el alcance del destrozo y la necesidad de mano de obra, se solicita la colaboración del vecindario y la respuesta a tal llamada no puede ser más entusiasta, ya que el 19 de noviembre más de 500 vecinos/as, de toda condición y edad se dan cita en lo alto de la ermita dando comienzo, mediante el desescombro, a la tarea física de la reconstrucción. En el transcurso de las obras se localizaron en diferentes zonas de la ermita huesos pertenecientes a enterramientos anteriores, que cuidadosamente fueron guardadas para su examen. Por desgracia, las prisas o el desconocimiento también llevó a realizar intervenciones poco acertadas, como la retirada de la pila bautismal medieval, que por equivocación se tiró junto con los escombros. El entusiasmo popular no era suficiente para llevar a cabo esta importante obra, así que se llevó a cabo una ingente labor de recaudación de donativos mediante huchas distribuidas por los establecimientos del pueblo o sobres repartidos entre las casas. Un numeroso grupo de artistas vascos, donan generosamente obras suyas, que son vendidas masivamente en tres exposiciones que se realizan en Bermeo, Bilbao y Mungia. Asimismo, entidades bancarias, empresas y instituciones realizan importantes donativos. Toda esta labor permite contratar a 4 operarios que durante más de un año están trabajando dirimente en la obra. Este trabajo se veía complementado con la asistencia los sábados y festivos, de grupos de voluntarios de diversos oficios: albañiles, carpinteros, marmolistas, transportistas, etc., que lógicamente sacrificaban sus días de descanso para culminar esta simbólica tarea.

Números de la reconstrucción
Ya os he descrito que casi 500 bermeotarras se embarcaron en esta tarea. En cuanto a toda la relación de ayudas recibidas, sería muy difícil de cuantificar, pero no se debe olvidar las importantísimas cesiones de material, maquinaria... por parte de constructores o albañiles locales, o la instalación por parte de una importante empresa, de un teleférico para transportar el material desde el puente hasta la explanada de la ermita. Hay un video alucinante de todo este proceso, lo tenéis aquí. Por suerte, toda esta labor concluyó el 24 de julio de 1980, fecha en la que se inauguró lo que nos fascistas nos quisieron quitar: una nueva ermita con un altar único, un funcional refugio con chimenea y uno de los wateres más originales del planeta. Para que os hagáis una idea de los números. Los gastos sobrepasaron los 6 millones de pesetas que incluía el pago a los operarios, material de construcción, material de imprenta, antena de pararrayos, y un largo etcétera. Y en cuanto a los ingresos destacan los casi 6 millones de pesetas recaudados en donativos (huchas, sobres, venta de cuadros donados, donativos particulares y de empresas o fiestas) y la ayuda institucional. En el Programa de Fiestas de 1980 tenéis una detallada secuencia de gastos e ingresos.

Tras la inauguración de la ermita, la Comisión Pro-Reconstrucción se resolvió y volvió a coger el timón la  Comisión de mantenimiento del santuario de San Juan de Gaztelugatxe / Donibane Santutegiko Zaintzaile taldea, que desde entonces cuida y vela por nuestro icónico San Juan. ¡Cuánto les debemos! Gora gure San Juan!

Fuentes: El artículo que os he citado anteriormente de Txato Etxaniz y el libro de San Juan de A. Erkoreka.

Aspecto interior de la ermita tras su destrucción 

Aspecto interior de la ermita tras su destrucción

Voluntarios que acudían a la ermita a realizar trabajos. El que está en medio de la foto es Emilio Romero, mi aita.

Imagen de Santa Ana y el Niño que se salvaron del incendio.

Cabeza de San Juan recuperada por los bermeotarras Miguel Layuno, Josu Iñaki Santamerina y Francisco Urresti.



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