¿QUÉ ES EN REALIDAD EL 'CASTILLO ROTO'? MÁS DATOS ...

Siento deciros que los restos de estas ruinas en el Tonpoi no se corresponden con la presencia de ningún castillo antiguo, ni de ninguna ermita. Entonces ¿ante qué tipo de ruina estamos?, ¿qué fue? Pues, ni más ni menos que una pequeña batería militar de defensa costera. 

 

Un poco de historia sobre esta batería 

A mediados del siglo XVIII el Señorío de Vizcaya reforzó de nuevo la costa vizcaína con nuevos puestos defensivos que venían a cubrir las deficiencias existentes. La presencia de la todopoderosa flota inglesa rondando por la costa como consecuencia de la Guerra de Sucesión Austriaca obligó al Señorío a fortalecer la costa con más puestos militares. En este contexto, entre 1742-1743 se encargó al ingeniero militar Jaime Sycre el diseño de una serie de fortificaciones en el litoral vizcaíno, entre ellas la del Tonpoi de Bermeo. En la actualidad, tan solo quedan unas ruinas de una pequeña construcción que parece corresponder a la casa de los carabineros, justo alado del foso debió de encontrarse también la segunda estancia dónde estarían las piezas de artillería (cañones).



En 1794 sufrió un incendio que produjo enormes daños en sus instalaciones. Destruido en la Guerra de la Independencia no se rehabilitó hasta 1827. Su vida finalizó con la Guerra Carlista cuando el Ayuntamiento acordó en 1843 vender los materiales de esta fortificación para evitar que los vecinos siguieran saqueándola y sustrayéndoles sin control alguno. A partir de este momento la posición quedará definitivamente abandonada y desmontada. Hoy en día, nos queda una pequeña estructura de mampostería simple en forma de T, con una altura de unos 2 metros y una anchura de unos 70 cm. Siendo su estado de conservación deficiente 

 

Restos arqueológicos de la batería del Tonpoi

En el 2019, como consecuencia de las obras para realizar un bidegorri y miradores en la zona del Tonpoi, la empresa Ondare Babesa S.L. realizó un estudio e intervención arqueológica en la zona del ‘Castillo roto’. Tenéis que tener en cuenta que esta zona había sido declarada por el Gobierno Vasco como zona de presunción arqueológica (nº 29, clave E), ya que se pensaba que en este terreno se encontraba la histórica Ermita del Crucifijo. De esta ermita tenemos muy pocos datos, la poca información existente nos la proporciona la etnógrafa Gurutze Arregi, que nos la sitúa en la zona del tompón, sobre el acantilado, y junto a la ermita de San Roque de la Tala, basándose en datos recopilados de Iturriza y Labayru. Asimismo, nos señala que en 1743 el retablo de Santa Cruz de esta ermita fue trasladado a la ermita de San Roque. En los planos topográficos del siglo XIX ya no aparece. No tenemos más noticias. Volvamos al trabajo arqueológico. Una vez realizada la intervención y valoración arqueológica, se confirmó que estamos ante los restos de una edificación auxiliar militar construida en 1742-43, y que correspondería casi con seguridad a la casa de carabineros. Un recinto rectangular orientado E-W, con una planta de 9,5 x 5,5 m. y muros con grosores que alcanzan los 70 cm. También se aprecian elementos constructivos adyacentes que podrían corresponder a las modificaciones que sufrió esta batería durante el siglo XIX.

 

Otras baterías militares en Bermeo

Bermeo fue el municipio vizcaíno con más baterías, llegando a tener 10, todas ellas gestionados por el Señorío. Las presentes en Bermeo eran pequeñas posiciones defensivas que apenas acogían una o dos piezas de artillería. Las edificaciones eran muy sencillas: la solera o plaza para el cañón y uno o dos departamentos/chabolas para los pertrechos y la custodia de la pólvora. En Bermeo, en momentos puntuales se utilizaron las ermitas de San Roque y Santa Clara como almacén de estos fortines. Como ya os he contado en otras píldoras que las primeras alusiones a construcciones defensivas en Bermeo se remontan al siglo XIV en San Juan de Gaztelugatxe y del siglo XVI en los alrededores de Santa Eufemia y en Izaro. Las siguientes noticias relacionadas con baterías costeras nos llevan hasta los siglos XVII y XVIII. Hubo varios grandes impulsos constructivos y en los que tenemos que contextualizar la edificación de los fortines bermeanos: 1) el primero relacionado con el desarrollo de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y principalmente con la entrada de Francia en el conflicto; 2) el segundo ligado a la Guerra de Sucesión Española (1700-1714); 3) el tercero relacionado con la Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748) y la presencia de la temida flota inglesa rondando por la costa. El último impulso constructivo lo proporcionaron los diferentes conflictos armados que se sucedieron en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX, hasta la finalización de la Primera Guerra Carlista (1833-1840), tras la que la mayoría de estas baterías quedaron inutilizadas. En total, nos encontramos con un total de 10 posiciones defensivas en distintos momentos de la historia:

-Batería de Santa Eufemiael Castillo, Gaztelu (1590-1857). Estaba situada en al actual mirador, detrás de la iglesia de Santa Eufemia, teniendo un control fantástico del acceso al puerto viejo. Llegó a tener hasta 5 piezas de artillería a mediados del XVII. En 1810 fue arrasado por los ingleses, pero fue nuevamente reformado para la Primera Guerra Carlista.

-Batería de Landatxu (1639-1726). Se encontraba situada en las proximidades de la actual Escuela Náutica. Se mantuvo activa hasta comienzos del siglo XVIII.

-Batería de la Tala (1639-1836). Atendiendo a las cartografías históricas de Belaunzaran o Coello, estuvo junto a la ermita de San Roque en la zona de la bajada hacia el Tonpoi. Fue destruida durante la Guerra de la Independencia, pero restaurada de nuevo, ampliando sus dimensiones y dotándola de un total de 5 troneras. En el contexto de las obras que se han realizado para realizar un bidegorri en la Tala, se ha realizado una intervención arqueológica que certifica que estos restos corresponden a esta batería militar.

-Batería de BaztarreTalagutxia (1639-1857). Estaba situada en el extremo de la pequeña plazoleta de Baztarre junto a la ermita de Santa Clara, que en determinados momentos fue utilizada como almacén de pertrechos. Por su estratégica posición estaba destinada a controlar directamente la ensenada ante las amenazas enemigas, llegando a contar en algunos momentos con 4 troneras y 2 cañones. Todavía aparece reflejada en el plano de Coello de 1857.

-Batería de GaldizMatxitxako, Valdés (1703-1845). Construida en el siglo XVIII en la zona del cabo con el objetivo de proteger toda la bahía de fondeo. Destruida en la Guerra de la Independencia, pero nuevamente restaurada entre 1827-1828, aunque su lejanía hizo que pronto quedase abandonada.

-Batería de San JoséMatxitxako, Sillarmendi (1795-1810). Estaba situada en las cercanías del Cabo y Faro Matxitxako sobre la peña de Potorroarri o Potorroatxa. Se levantó en el verano de 1795 para garantizar la protección de la ensenada. A comienzos del siglo XIX quedó abandonada.

-Batería de PotorroariSanta Bárbara, Vigía (1795-1810). Se localizaba en el paraje conocido como Kasetapia o Karabinorearen kaseta. Se levantó en el verano de 1795 para garantizar la protección de la ensenada. A comienzos del siglo XIX quedó abandonada.

 

Junto a estos fortines cabe mencionar otras dos posiciones que parece que también estuvieron fortificadas. La primera de ellas, la Batería de Gaztelugatxe, estaba situada en la cima del islote, ocupando un emplazamiento totalmente estratégico para el control de la navegación de la zona. Aunque tenemos referencias sobre esta función defensiva ya desde el siglo XIV, tenemos un dato concreto que data de 1805, cuando el comandante militar del Señorío, Benito San Juan, ordena reforzar las posiciones que protegían la bahía de Matxitxako y San Juan de la Peña. En cuanto a la Batería de Izaro, parece más compleja su historia ya que no tenemos referencias explícitas de su existencia o ubicación. De todas formas, no existen indicios que nos hagan suponer la existencia de una posición fortificada permanente, si no más bien una puntual batería coincidiendo con los momentos de amenaza enemiga.

 

Fuentes utilizadas para esta píldora: Arregi, G. (1989); Moraza Barea, A., (2009); Yradi, J.A. (1844); Zabala Allica, C. (1964); Zabala Otzamiz-Tremoya, A. (2000). Las fotos proceden de digitalizaciones accesibles en la Red; del informe de la empresa Ondare Babesa S.L. y de mi cámara.

 

Agradecimientos: a Ander Ortega y José Ángel Fernández de Ondare Babesa S.L.

 

Tiempo de lectura: 2' 56'' / Tiempo de elaboración de la píldora: unas cuatro horas de investigación y redacción.


La primera foto es de Julen Iturbe y las siguientes corresponden a la cata arqueológica realizada en la zona.









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