MENDILUZ, EL CEMENTERIO DE BERMEO: NUESTRA ÚLTIMA MORADA

Como cada uno de noviembre, nuestro campo santo se llena de flores en recuerdo de los que ya no están. Llegamos al cementerio a través de esa sobria y elegante entrada y nos dirigimos hacia la tumba de nuestro familiar, y en la mayor parte no reparamos en algunos aspectos artísticos e históricos. Bueno, pues vamos con una píldora sobre la historia de nuestros cementerios. ¿Tenéis 3 minutos? Dentro video.

Un poco de historia
El primer cementerio de Bermeo y de la zona no se encuentra en la villa, sino a unos kilómetros en la ladera norte del monte Sollube, nos referimos a la necrópolis romana de Tribisburu. Un cementerio romano del siglo III de nuestra era, uno de los recintos funerarios romanos más grandes del norte de la península y el más grande de Euskadi. ¿Todavía no lo habéis visitado? ¡No me lo puedo creer!
Pero ya en la villa, ¿dónde se enterraban a los muertos? La documentación nos dice que estos enterramientos se producían dentro de las iglesias y en sus alrededores. Los mejores testigos son los libros de finados que indican claramente esta circunstancia. Hay otras referencias que aluden a la presencia de sepulturas familiares dentro de los tres templos de la villa: Santa Eufemia, Santa María de la Atalaya y San Francisco. La gente común se enterraba en las iglesias al igual que los grandes señores y beneficiarios de las mismas. Como por ejemplo, la sepultura de Nuño de Lara, hijo de Juan Núñez de Lara, señor consorte de Vizcaya en el siglo XIV en la iglesia de Santa María de la Atalaya, o la sepultura que nos encontramos en Santa Eufemia con la presencia de la 'tumba desconocida', y que ya os conté en otra píldora. Testigo de esta afirmación han sido la cantidad de restos hallados en cualquiera de las reparaciones que se han realizado en Santa Eufemia o en San Francisco. Y es que el suelo era una sucesión de simples lápidas de roble y en algunos casos de mármol, por lo que toda la superficie del templo se convertía en un cementerio compartimentado. Con todo, no fue hasta el siglo XVIII cuando se prohibieron los enterramientos dentro de los templos, principalmente por higiene. En consecuencia, se empezaron a construir pequeños espacios fuera de los templos para este fin, como el que creó a finales del siglo XVIII en la parte trasera de Santa Eufemia; y aunque finalmente se construyó el primer cementerio municipal de Ormabarrieta, la población bermeana siguió prefiriendo enterrar a sus familiares dentro de las iglesias. Así, el Ayuntamiento se vio en la obligación en diferentes momentos de la segunda mitad del siglo XVIII a emitir comunicados y mandatos en este sentido.

El primer cementerio municipal: Ormabarrieta
El cementerio que había en el exterior de Santa Eufemia se había quedado totalmente pequeño. Además, la amenaza de la epidemia de cólera que llegaba desde Francia obligó al Ayuntamiento a actuar. Así, en 1832 se nombró una comisión compuesta por el alcalde, el médico y el regidor capitular para la elección de terreno para el cementerio. Después de analizar varios lugares, se decidió que la más adecuada era la zona de Ormabarrieta (más o menos en el espacio lleno de viñas que había entre el actual colegio de Sagrado Corazón y el Campo de Fútbol y en uno de los laterales del camino que arrancaba desde el portal de San Juan hasta San Juan de Gaztelugatxe). Se eligió este sitio por dos razones: la primera, por ser una heredad que poseía Manuel María de Aldecoa, vecino de Orozko y primo carnal de María Ángela de Mendoza de Arteaga, que murió sin sucesión; la segunda, por consejo de Mariano de Larra, padre del famoso periodista y escritor Mariano José de Larra que estuvo residiendo como médico en Bermeo, el que recomendó dicha zona de Ormabarrieta como la más adecuada para el emplazamiento de ese primer cementerio municipal. Así, en 1833 se ejecutó costeando la obra a medias entre los dos cabildos, el civil y el eclesiástico, siendo el arquitecto Apolinar de Gardeazabal. De su aspecto arquitectónico sabemos poco. Por ejemplo que su portada era de agradables proporciones renacentistas. Todavía hasta mediados del siglo XX se conservaba la verja de hierro que daba acceso al mismo. Esta verja desapareció con la construcción del Campo de Fútbol de Itxas Gane en 1951. Ahora bien, aunque el nuevo cementerio de Mendiluz se inauguró en 1888, los terrenos del viejo cementerio siguieron estando y fueron desapareciendo con la construcción de las nuevas urbanizaciones que iban desde el colegio de Sagrado Corazón hasta el Campo de Fútbol. La única descripción que hay de este campo santo es la que nos proporcionó Yradi en 1844, indicándonos que tenía 590 sepulturas y su costo fue de 16.000 reales pagados entre la fábrica de las iglesias y de la caja de municipalidad. 

El definitivo cementerio de Mendiluz
El primer cementerio municipal de Ormabarrieta pronto se quedó pequeño, y las peticiones para construir otro llevaron al ayuntamiento a construir uno nuevo sobre el montículo denominado Mendiluz. Las referencias a este solar ya aparecen desde el siglo XVI, como un paraje lleno de viñas. Incluso a principios del siglo XVIII aparece como uno de los lugares elegidos para establecer un puesto de ofensivo con batería de piezas de artillería como consecuencia de la Guerra de Sucesión. Con todo, no fue hasta 1886 cuando se decidió construir este cementerio de Mendiluz a manos del contratista Miguel Jaureguizar 'Frantxua', el mismo que llevó toda la reforma de Landatxu y Santa Klara, de ahí 'Frantxunatxak', sobre un área de 8.750 metros cuadrados. El cementerio es de planta rectangular. Desde un punto de vista arquitectónico, lo más destacable es la portada que fue construida en 1888. Sin duda, esta portada es un claro ejemplo de arquitectura funeraria del siglo XX. Se trata de una obra de buena sillería, que consta de tres cuerpos, adelantándose los dos laterales ligeramente en torno a dos torretas trocopiramidales coronadas por pináculos, conteniendo una pequeña urna. El cuerpo central se abre en arco apuntado y se remata con una cruz en lo alto. La parte delantera de sus muros perimetrales están construidos en piedra y su parte trasera la cierra una verja de hierro. En su interior sus calles están asfaltadas y predominan los mausoleos. En cuanto a la capilla del cementerio podemos decir que fue planeada por Anastasio Arginzoniz. De estilo neoclasicista, su interior consta de un sólo tramo y se remata en un ábside semicircular. Posee un bello pórtico ubicado a los pies de la capilla. La puerta de acceso se abre en arco de medio punto enmarcado por una serie de pilares. Este arco descansa sobre una columna toscana y está coronada por frontón. Este cementerio se amplió en la segunda década del siglo XX y nuevamente en los 80.

Tumbas y elementos curiosos
1) El panteón de Juan de Nardiz Mezeta (1837) y de su mujer Fernanda de Alegría Bengoetxea (1839). Aunque su estado es lamentable, hay que recordar que este matrimonio tuvo 7 hijos/as, entre los que hay que destacar a Venancio y Enrique Nardiz por su gran influencia sobre Alfonso XIII, y que permitió a la villa contar con el necesario Rompeolas. En homenaje a esta familia el Ayuntamiento les dedicó diferentes lugares con su nombre: el histórico nombre de la calle de Carnicería Vieja por el de Juan de Nardiz / Nardiz tar Jon; y a Venancio Nardiz / Nardiz tar Benantzio le declaró hijo predilecto la villa en 1924 y le dedicó el muelle de Venancio Nárdiz, que no es sino el paseo del Puerto viejo hasta el Rompe. Otro de los ilustres que dio este apellido fue el de Gonzalo de Nardiz (1905), militante desde su fundación de la histórica Acción Nacionalista Vasca y primer consejero de agricultura en el gobierno del lehendakari Agirre. Tristemente hoy este panteón está abandonado a su suerte...

2) El panteón de Telletxea-Ayo de estilo clasicista. Posee un cuerpo central troncopiramidal, siendo la portada de acceso a través de un pórtico sobre plinto.

3) El panteón de religiosos/as: Contamos con dos panteones: uno de los Franciscanos y de las Hermanas de la Caridad; y un segundo de las Carmelitas.

4) El nicho en el que se encuentran los fallecidos en la Guerra Civil. Se localiza en la zona del huesario. Personalmente me gustaría otro lugar para recordar a los caídos principalmente en la Batalla de Sollube.

5) Placa cubana. Como muchas y muchos recordaréis, hasta los años 90 debajo del reloj de sol de Aritzatxu había una pequeña placa que decía "A nuestra querida Ana de 19 años de edad quien encontrándose en esta roca fue sorprendida por una ola desapareciendo... Tened cuidado con este lugar. Holguin-Cuba: 31 de marzo de 1959. Bermeo-Vizcaya: 3 de diciembre de 1978". En los años 90, esta placa fue trasladada al cementerio. Actualmente se encuentra a la entrada a la derecha en la zona del huesario.

6) Panteones de los arquitectos Pedro Ispizua y de Fernando Arzadun o del pintor Jose María de Ucelay. Ejemplos preciosos del racionalismo o de art decó.

7) Panteones realizados por el arquitecto Luis Arana, hermano de Sabino Arana, y pertenecientes a diferentes estilos arquitectónicos: modernismo, art déco, racionalismo...

Otras curiosidades
Nada más inaugurar el cementerio, el bermeotarra Juan Pedro Ortube puso la siguiente frase en euskera en una tumba de su propiedad: "Joan Peru Ortuberen Etsadiarentzako obia". El Ayuntamiento liberal ordenó retirar la lápida por estar escrita en euskera. El concejal Teodoro Vidaechea, en nombre del alcalde Hipólito Gabancho, fue el que ordenó dicha supresión, causando una gran indignación en el pueblo. Hay también otras fechas a tener en cuenta. En 1891 se aprueba el reglamento del cementerio. En dos momentos diferentes se realizaron importantes reformas, en 1916 y en 1977, esta última centrada en su ampliación con un coste de casi 12 millones de ptas. En 1992, se dan nombres a las calles del cementerio con placas en euskera. En el 2016, el Ayuntamiento aprobó una ordenanza para uso de la capilla del cementerio para entierros civiles; y finalmente, en el 2020 se aprobó la Ordenanza Municipal de Régimen Interior del Cementerio. Hoy en día existen también cementerios en San Pelayo, en Almike, reformado en los años 80, y en Mañu desde 1925, transformado en cementerio tradicional vasco con estelas funerarias en los años 60 y ampliado y reformado en 2002.

Eskerrak: Como siempre le agradezco a Manu Muñoa, siempre os digo que es figura clave en estas píldoras.

Material complementario: Video que hizo el Ayuntamiento sobre el cementerio. Y el libro sobre Historia de Bermeo de Otzamiz-Tremoya, y la Historia de Bermeo de Yradi de 1844.

Tiempo de Lectura: 3' 15''

*Si os ha gustado compartir y difundir, y entre todas y todos hacemos más grande nuestro pequeño paraíso.

Portada de acceso al cementerio

Nicho en el que se encuentran los fallecidos en la Guerra Civil (1936)

Panteón de los Nárdiz

Precioso panteón de Ciriaco Velez

Panteón de los Franciscanos y Hermanas de la Caridad

Panteón de Tellechea-Ayo

Panteón de Tellechea-Ayo

Portada de la Capilla

Interior de la Capilla

Lugar destinado en su momento a los niños/as fallecidos

Placa que se encontraba en la peña de Aritzatxu

Panteón de Franchua (constructor)

Panteón de las Religiosas Carmelitas

Vistas en la bajada hacia la zona nueva

Panteones semiabandonados a la entrada del cementerio

Panteón de Pedro Ispizua (destaca la tipografía modernista)

Panteón de Pedro Ispizua

Panteón de Fernando Arzadun

Panteón de Fernando Arzadun

Panteón de José María Ucelay

Panteón de José María Ucelay

Panteón de José María Ucelay

Panteón donado por la Viuda de Venancio Nardiz a la Residencia de Ancianos

Panteones que ejemplifican diferentes movimientos: modernismo, racionalismo o art déco

Panteones que ejemplifican diferentes movimientos: modernismo, racionalismo o art déco

Panteones que ejemplifican diferentes movimientos: modernismo, racionalismo o art déco

Panteones que ejemplifican diferentes movimientos: modernismo, racionalismo o art déco

Panteones que ejemplifican diferentes movimientos: modernismo, racionalismo o art déco

Plano del cementerio de Ormabarrieta de 1833 (Yradi)

Blog honetako argitalpen ezagunak

LA PLATAFORMA 'GAVIOTA': UNA BREVE HISTORIA

IZARO FILMS PRESENTA: BERMEO Y LA TORRE WINDSOR

EL TESORO DESCONOCIDO DE MUNDAKA