LAS JOSEFINAS: NUESTRO COLEGIO DE LA PALMERA

Hay tres cosas que tengo grabadas a fuego de nuestras Josefinas: la primera, el cariño con el que me trataron las monjas que me enseñaron a leer o a sumar; la segunda, los cuatro columpios del Pleistoceno; y la tercera, el ruido que salía a todas horas de la famosa palmera. Entre nosotros, creo que esa copa estaban todos los pájaros del Amazonas. Recordamos juntos este histórico centro escolar, tan nuestro!. ¿Tenéis tres minutos? Dentro video ...

Una nota curiosa sobre el edificio

Este edificio se conocía en Bermeo a comienzos del siglo XX como "Villa Lejarcegui". La explicación es sencilla. El 13 de marzo de 1924 en una notaría de Madrid comienza esta historia, cuando el notario madrileño Don Luis Medina Roja hace entrega al Instituto de Religiosas Hijas de San José (Josefinas) del edificio de la calle Aurrekoetxea llamado localmente como "Villa Lejarcegui", por deseo testamental de la madrileña Doña Francisca Rodríguez Abaytua (viuda del bermeotarra Victor Lejarcegui Ondarza que había fallecido en 1892). Nuestro Víctor había hecho parte de su vida en Cuba y fue muy activo en la defensa de los Fueros Vascos en Cuba. Tras lograr cierto capital regresó pero al poco tiempo murió. La pareja formada por Francisca Rodríguez y Victor Lejarcegui construyeron este palacete en el último tercio del siglo XIX y le dieron un uso de hotel hospedería con jardín. Al fallecer su primer marido, ella se quedó como única heredera y fue quién se lo donó a las Religiosas de San José. Hay que recordar que Bermeo ya desde finales del siglo XIX era un recocido lugar para tomar baños de mar. Doña Francisca se volvió a casar en 1916 con Don Luis Guedea y Calvo, afamado catedrático de clínica quirúrgica en Madrid. Esta es la razón de que testase en Madrid. Ahora ya sabéis de dónde de viene lo de "villa Lejarcegui". Ya veis uno de los primeros hoteles constatados en toda la zona de Urdaibai en el siglo XIX, y es que éramos un importante foco turístico.

Un poco de historia previa

Las Hermanas de San José se establecieron al poco tiempo en el centro y lo empezaron a gestionar como centro escolar de instrucción primaria, labores, música y religión. Contaba con un grupo de niñas internas y otro grupo de niñas externas que acudían a diario y que principalmente eran hijas de arrantzales con muy pocos recursos. Recordar que para este primer tercio de siglo Bermeo contaba con varios centros públicos y tres centros de enseñanza privada: Colegio San José (que se encontraba en Arresi 29-31), el Colegio de las Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús (que comenzó en un pequeño edificio junto al udaletxe, pero que pronto pasó al lugar que ocupa ahora mismo) y nuestras Josefinas.

El edificio y sus posteriores ampliaciones

Por su estilo arquitectónico 'villa Lejarcegui' es un edificio construido en el último tercio del siglo XIX. Su estructura era simple pero elegante, constaba de tres alturas en las que se localizaban las estancias para las religiosas, capilla y un pequeño espacio destinado como escuela de primaria. En un principio, tan solo una hermana se encargaba de la labor escolar, aunque ya para la década de los año 30 son varias las hermanas que se dedican a esta labor dada la necesidad de atención infantil que presentaba el pueblo (esta dramática situación ya os la expliqué en otra píldora). En esta década la capilla también se repara, amplia y se adecenta su acceso por Irakaskintza. En la década de los años 40, se aumenta la subvención municipal para el sostenimiento de niñas internas pobres, y se anula la orden municipal de cobrar 15 pesetas a todas las niñas menores de 9 años, dada la situación de pobreza en la que se encuentran las niñas de las familias pescadoras. Finalmente, en la década de los años 60 se lleva a cabo, en momentos diferentes, la construcción del edificio anexo de cinco plantas con 10 aulas para su uso escolar (preescolar, primario y de formación profesional femenina: costura-bordar, mecanografía, taquigrafía y corte-confección, principalmente). Obras que fueron realizadas en diferentes momentos por el arquitecto Guillermo Anasagasti con un coste total de casi 3.000.000 de pesetas. En la década de los 70 llegó a su apogeo, con casi 300 alumnos/as y la entrada del componente masculino a finales de los 70. Con todo, os tengo que decir que este centros escolar fue siempre exclusivo de niñas, y que tan solo desde comienzos de los años 60 fue utilizado como mixto. La principal razón fue que se estaban construyendo diferentes centros escolares en Bermeo (Santa Eufemia, Públicas de San Francisco, San José...) y los niños fueron acogidos de forma transitoria en el mismo. Finalmente, esta historia escolar concluyó en 1983 para el centro de formación profesional que había, y en 1989 para su actividad escolar en primaria y preescolar. Este centro, como otros de la villa fue fundamental en nuestra historia del siglo XX. Como olvidar a algunas hermanas como Matilde, Rosa ...

Algunas curiosidades del edificio

La entrada principal estaba en la calle Aurrekoetxea y mediante un pequeño pasillo con verjas a los lados se accedía subiendo por unas escaleras al palacete (chalet) o se accedía también al patio de los columpios. Al fondo del patio a la izquierda se encontraban los aseos y las escaleras que daban acceso a las diferentes plantas del edificio escolar. Por la parte de la calle Irakaskintza, se accedía a la capilla o los comedores. Como elementos curiosos, sin duda, el primero es la palmera, esa palmera tan carismática y que identificaba al centro, y que además con los años fue el alma 'sonora' del barrio. En el 2004, cuando se derrumbó el edificio se decidió trasladar este simbólico árbol al barrio de Adubidxe. En segundo lugar, el pozo, ¿sí, os acordáis del pozo que estaba en el jardín lateral?. Seguramente con un destino ornamental y de abastecimiento de agua; en tercer lugar, los columpios de hierro tan característicos (la bola, el tiovivo, las barras paralelas, el tobogán, etc; y en cuarto lugar, la espadaña con una pequeña campana con un tono de timbre muy característico que anunciaba las misas. Termino con las curiosidades. En el 2004, los arqueólogos de la Diputación realizaron una pequeña intervención aprovechando el inicio de las obras del actual Kultur etxe. Pues bien, lo más destacado fue el descubrimiento de un muro perteneciente a una casa de origen medieval y que fue destruida por el incendio que asoló la villa en marzo de 1722 y que arrasó la zona alta de la misma, llegando hasta la monumental iglesia de la Atalaya.

Reutilización cultural del edificio

El centró cerró su actividad escolar en 1989, y en 1990 fue adquirido por el Ayuntamiento, con la idea de destinarlo íntegramente a fines culturales. En los años previos se había abierto un importante debate en el municipio sobre la necesidad de un lugar para la cultura local. Después de analizar diferentes opciones como el matadero viejo o la ermita de Kurtzio, el Ayuntamiento se cedió a realizar esta compra. Lógicamente, el edificio se tuvo que preparar para acoger la demanda oferta cultural del pueblo, y tras una inversión de casi 5.000.000 de ptas., se inauguró de nuevo el centro pero con una nueva finalidad. Se emplazaron allí de igual modo las distintas actividades culturales promovidas fundamentalmente por las diferentes asociaciones y grupos particulares como: MB2000, TXO HIESA, Peña artística Barrueta, la Banda de música, Izaro Sub, Talde de Teatro, Herriko Lagunak, Alkartasuna Dantza Taldea, Bermeoko Abesbatza, Itsuki Irratia, el Euskaltegi, EPA o el INEM; y los grupos de rock. A modo de curiosidad os presento la nómina de grupos de rock que ensayaban en las Josefinas en 1993: Hilzorian, Rufo, Munsterland, Hotsaren ikaraz, Arise, Birthcake, Xenon, Kriston moroie, Sukoi, Minbizia, Izen gabe y Azken garazia.

Kultur etxea + Kafe Antzokia

Pronto el edificio se quedó pequeño y creció el debate sobre su continua adecuación o la posibilidad de promover otro nuevo en un lugar acorde con las necesidades que requerían los diferentes servicios de carácter socio-cultural que se podrían implantar. El debate sobre esta cuestión resultó al final bastante más arduo que lo que se esperaba, al crecer la idea de que acogiera también el servicio de un Kafe Antzokia, tal y como ocurría en otros municipios. Tras diferentes debates, el Ayuntamiento optó por el derribo de todo el viejo complejo escolar. Al concurso de ideas se presentaron varios proyectos, resultando ganador el presentado por el arquitecto Rafael de Pedro bajo el título "1002 Taldea". Además, en el pleno del Ayuntamiento del 8 de junio de 2006 se adjudicó la concesión de la gestión del Kafe Antzokia a la empresa Bermeoko Kafe Antzokia S.L. para un período de 25 años. Con todo, la inauguración del nuevo Kultur Etxe se llevó a cabo el 22 de diciembre de 2006, aunque el Kafe Antzoki no abrió sus puertas hasta el 28 de abril de 2008. Las obras de todo este complejo no fueron sencillas (en el barrio sabemos de qué estoy hablando), pero finalmente las cosas hay que interpretarlas en positivo: solucionar la falta de estacionamientos, contar con un edificio para la cultura local, dinamizar la zona, disponer de un espacio multiusos para conciertos, etc. Y por supuesto, no me olvido que desde el incendio de 2013 es también un ayuntamiento provisional.

Eskerrak: Como siempre le agradezco a Manu Muñoa, siempre os digo que es figura clave en estas píldoras, y a Txato Etxaniz por la pista de Cuba. Mila esker!

Material complementario: Tenéis las grabaciones del proyecto Ahotsak. Por ejemplo a María Artetxe Valle contando su experiencia en las Josefinas, o de Antoni Zallo Bengoetxea recordando sus trabajos de costura.

Tiempo de Lectura: 3' 56''

*Si os ha gustado compartir y difundir, y entre todas y todos hacemos más grande nuestro pequeño paraíso.