LAS PENÚLTIMAS SORGINAK DE BERMEO
Titulo a esta entrada como 'Las penúltimas brujas de Bermeo', porque pienso que las sorgiñak nunca han desaparecido, siguen estando ahí fuera como un elemento mítico de nuestra cultura, y como símbolo de una reivindicación histórica. Esta píldora os cuenta lo ocurrido en Bermeo en agosto de 1616.
Un poco de historia previa
Como sabéis introducirse en el mundo de la explicación sobre el fenómeno de la brujería no es nada sencillo. En principio, parece existir una importante relación entre la mitología vasca y la brujería, bajo la pervivencia de un sustrato cultural ancestral. Así, las brujas o sorgiñek, recibían el nombre de orrostokidunek ya que se creía que sus poderes se debían a la posesión del orrostoki (alfiletero), en cuyo interior guardaban unos minúsculos seres, frakagorrijjek, que cumplían todos los deseos de su dueña. Por tanto, podemos decir que a una cristianización incompleta o deficiente, se le unía una supervivencia de prácticas religiosas antiguas. La iglesia -que no era tonta- utilizó una técnica muy astuta, la de difundir durante la Alta Edad Media revistiendo las creencias anteriores con la visión cristiana de las cosas, manteniendo intactos, por ejemplo, lugares de culto, calendario de celebraciones, etc. Los baserritarras y arrantzales que conocían mal el cristianismo, lo mezclaban
inconscientemente con elementos pertenecientes a una cultura antigua. Naturalmente, creían en el poder maléfico de algunas personas, como por ejemplo en las mujeres dueñas de orrostokiz (alfileteros), mujeres que transformaban en burros, gatos, iditxus o perros para causar daños y persecución contra la pesca, las casas, los caseríos, los campos, las personas y los animales, prácticamente contra todo. Ahora bien, también entendían el importante trabajo que realizaban como curanderas, sanadoras, parteras y enfermeras. A finales del siglo XV, con la entrada en escenario de la Inquisición y las temibles confesiones y torturas, la asimilación y la difícil resistencia cultural hizo el resto de su trabajo.
¿Dónde se reunían nuestras sorgiñek?
El erudito local Zabala ya nos da noticia que principalmente se reunían para celebrar sus akelarres nocturnos en diferentes escenarios de la localidad: Santakruzko landa, situada con toda seguridad en las proximidades de una ermita con este mismo nombre que ya no existe, en lo más alto del barrio de Arene, en Zumarrietako landa, que se situaba junto al monte Garbola, Ondartzagane en Lamiaran, Garatzondo cerca de San Miguel o Eperlanda en Artike. Estos son básicamente los sitios descritos por la bibliografía y los testimonios orales en los que se celebraban akelarres.
Sus desplazamientos y acciones
Si nos centramos en el libro de A. Erkoreka, Leyendas, Cuentos y Supersticiones de Bermeo, a través de las historias que le cuentan diferentes informantes locales, ya se nos describe la posibilidad que tenían las brujas de desplazarse con entera libertad a los lugares que ellas deseaban. En los baserris se decía que las brujas podían subir y bajar por las chimeneas y que podían causar todo tipo de perjuicios a las casas: 'manda ekarten sauien". Es muy conocida la fórmula que utilizaban para desplazarse al lugar del akelarre sin tener tropiezos en el camino: 'sasi gustijjen ganetik ta edoi gustijjen aspitxik' (por encima de todas las zarzas y por debajo de todas las nubes). En cuanto a sus acciones, casi siempre se relacionan con toda clase de fechorías y maldades. Los poderes que se les atribuían eran casi ilimitados e iban desde desplazarse a cualquier lugar hasta tomar la figura de animal para poder pasar desapercibidas y poder realizar sus actividades sus 'males' en baserris o embarcaciones; o estar bajo su temible 'mal de ojo' begiskune, begisko o begisantarra (sobre esto último os prometo una píldora porque da para mucho).
Proceso contra las brujas de Bermeo
Los últimos procesos inquisitorios contra las brujas en Bizkaia se dieron en Zamudio, Gernika y Bermeo a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. En concreto, en Bermeo los acontecimientos ocurrieron en agosto de 1616, y atendiendo a lo que se nos describe en un expediente del Archivo Histórico Nacional (sección Inquisición), os puedo decir que hubo un gran número de implicados, unos 70 u 80 muchachos y muchachas. Si tenéis en cuenta que Bermeo por aquellas fechas rondaría los 1.000 habitantes, os hacéis una idea de la extensión social del fenómeno. Todo comenzó con las investigaciones realizadas por los regidores Juan de Belendiz y Gaspar de Areilza a petición del alcalde, el capitán Martín Pérez de Baquea. Estos regidores apresan a los niños San Juan de Maruaga, Domingo de Ybiaga y Martín de Hormaechea, todos de unos 12 años, y les toman declaración. Estos pobres, presos del miedo, describen como varias veces a la semana varias mujeres les despertaban y les llevaban a unas campas en las cercanías de Almike y allí empezaba un ritual en frente de tres diablos espantosos con cuernos en la frente. Las personas que acudían a este ritual, que era en su gran mayoría mujeres, les realizaban reverencias y les besaban el trasero, y en lengua vascongada les presentaban a las nuevas personas que habían traído para ser sus esclavos. El ritual continuaba con danzas y bailes. Os transcribo el final de la testificación porque no tiene desperdicio: "... y que todos danzan y bailan a son de tamborín y otros instrumentos y con canciones vascongadas; y comen y beben en mesas muy espléndidas y bien preparadas; y luego se hecha el diablo sobre cada una de las mujeres y con ellas se ayunta y ha de parir sapos; y hecho esto se despide el diablo de todos y todas y se vuelven a sus casas; haciendo muchos daños a la vuelta".
Lógicamente, a la luz de estas declaraciones el alcalde manda arrestar a todas las implicados (Mari Joan de Areilza, Teresa de Minitua, María Pérez de Andraca, Teresa de Hechabarria, Marina de Harego, Antonia de Çabala, Mari Ochoa de Çabala, Mari Ortiz de Aboitiz, Catalina de Artaechea, Marina de Butron, Domingo de Oñate, Joana de Fica, Antonia de Çavala, Teresa de Ytubiscar, la beata de Fica, Joana de Ardança, Teresa de Hormaegui, Joana de Baraiz, Maria de Muguiza, Mari Urtiz de Uriarte..., la gran mayoría mujeres, y toma nuevas declaraciones, por las que muchas de ellas confiesan que son brujas, siervas del diablo, practicar la necromancia, pactar y adorar al demonio, realizar maleficios, realizar muchos daños en cosechas, y mil maldades más, incluso de provocar un diluvio. Tener en cuenta que la mayoría de las declaraciones se hacían bajo tortura (lo más común era el temible potro y el agua). Muchas de ellas murieron debido a los malostratos de la propia población, otras murieron en prisión. Estas tropelías duraron hasta que el corregidor pone el proceso en manos del Tribunal de la Inquisición de Logroño, y las personas apresadas fueron trasladadas a Bilbao.
Algunas mujeres murieron por los malos tratos, o de ham-
bre por no darlas de comer, sin poder ser socorridas, sin conse
ntir siquiera que se
les diera sepultura eclesiástica. Estas tropelías duraron hasta
que las personas
apresadas fueron trasladadas a la cárcel de Bilbao por orden del Corregidor del Se-
ñorío, que tenía comisión especial para proceder en aquella causa
Algunas mujeres murieron por los malos tratos, o de ham-
bre por no darlas de comer, sin poder ser socorridas, sin conse
ntir siquiera que se
les diera sepultura eclesiástica. Estas tropelías duraron hasta
que las personas
apresadas fueron trasladadas a la cárcel de Bilbao por orden del Corregidor del Se-
ñorío, que tenía comisión especial para proceder en aquella causa
Algunas mujeres murieron por los malos tratos, o de ham-
bre por no darlas de comer, sin poder ser socorridas, sin conse
ntir siquiera que se
les diera sepultura eclesiástica. Estas tropelías duraron hasta
que las personas
apresadas fueron trasladadas a la cárcel de Bilbao por orden del Corregidor del Se-
ñorío, que tenía comisión especial para proceder en aquella causa
No tengo constancia de que ocurrió después, pero si nos basamos en procesos similares de la época como el acaecido en el Duranguesado a principios del XVII, lo normal era la confiscación de todos sus bienes y la ejecución por medio de la quema o el ahorcamiento. Lógicamente, no hay datos concretos pero realizando una rápida búsqueda por registro sacramental de defunción en el AHEB, de las mujeres que aparecen citadas, algunas de ellas aparece registrada su defunción en Bermeo en años muy posteriores, en cambio de otras no hay rastro. Este segundo dato nos puede dar una pista de que algunas de ellas posiblemente sufrieran tormento, justicia y fin fuera de la localidad, ya que el proceso pasó a manos del Obispado de Calahorra.
Detrás de las condenas
En la mayor parte de los casos de condena por herejía, brujería..., se encontraban decenas de mujeres relacionadas con el oficio de partera, comadrona, sanadora y curandera, lo que le llevaba a conocer el mundo de la ginecología, plantas medicinales, y sospechosa de hechicera individualista, ya que a través de sus artes causaba daños o
se conseguía enamoramientos, ligaduras, etc. Según testimonios que se describen en este auto, algunas de las mujeres con sus arte y oficios unían personas y ayudaba a que las mujeres quedaran embarazadas
con sus bebedizos. En principio nada maligno, pero una actividad peligrosa que lindaba con el mundo oculto, donde reinaba el diablo. Durante varios siglos sufrieron la persecución implacable del Tribunal de Inquisición, que bajo terribles y salvajes torturas mató a miles de mujeres. Recientemente, el pueblo de Durango o la Diputación Foral han pedido perdón por los castigos impuestos a las brujas de la localidad hace 400 años. A este respecto la historia se sigue reescribiendo.
Fuente: Tenéis el libro de Mikel Zabala. Brujería e inquisición en Bizkaia (siglos XVI y XVII), y el mencionado de Erkoreka. Finalmente, os dejo un interesante artículo de Iñaki Bazán narrando el interesante proceso de las brujas de Anboto de 1507. Toda la narración de lo acontecido en Bermeo en 1616, forma parte del expediente Leg. 1679/2 del AHN (Sec. Inquisición).
Tiempo de lectura: 3' 11''
*Si os ha gustado compartir y difundir, y entre todas y todos hacemos más grande nuestro pequeño paraíso.
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| Grabados y reconstrucciones de las torturas padecidas por las personas acusadas de brujería. |
