LOS ALABASTROS INGLESES DE SANTA EUFEMIA
Un poco de historia
La llegada de obras artísticas a Bermeo desde Inglaterra, Francia o Flandes fue una constante a lo largo de los siglos XIV, XV y XVI. Así, el intenso mercado comercial con estos países hizo que también se generase un importante comercio de arte en el que nuestros comerciantes locales jugaron un destacado papel. Los continuos contactos con los navegantes vascos -especialmente con los puertos británicos- explican la llegada desde los talleres ingleses de Nottingham, Londres o York a esta zona del litoral vasco de tallas de alabastro (una rara variedad de yeso). Los alabastros ingleses figuran en las mercancías intercambiadas con los marinos vascos, comercio cuyos productos más destacados serían la lana y el hierro principalmente. No olvidéis que la zona de Torrontero se ha llamado históricamente como ‘La Rochela’ o ‘Errotxela’ en recuerdo del intercambio comercial con el puerto francés La Rochelle.
Las tres tallas
Con este apelativo, nos referimos a las tres tallas que se encontraban torpemente incrustadas en la parte superior del arco del mal llamado sepulcro del Cardenal Mendoza: San Miguel, San Jorge y el Juicio Final. Por sus rasgos artísticos, podemos ubicarlas entre 1420 y 1480, y parece que pudieron ser producidas por uno o dos artistas diferentes. Con el cierre definitivo de la monumental Santa María de la Atalaya y las importantes obras que se realizaron en la iglesia de Santa Eufemia en el último tercio del siglo XVIII, se produjo una acomodación poco afortunada del patrimonio artístico en Santa Eufemia. Por ejemplo, como lo acontecido con estas tres tallas. Como ya os he explicado en la píldora sobre la tumba desconocida de Santa Eufemia, este mausoleo funerario fue trasladado en el siglo XVIII desde el pie del presbiterio hasta el lugar que ocupa actualmente, realizándose una fusión de elementos artísticos de diferentes procedencias: alabastros, arco, yacente y panel central del sepulcro. Según Robustiano Ortuzar, sacerdote de Santa Eufemia a comienzos de siglo XX y autor de inédita una Historia de Bermeo, había unos alabastros decorativos en la Capilla de San Juan de Echeaga de Santa María de la Atalaya. ¿Podría estar refiriéndose a estos alabastros? Esta ubicación en la iglesia de la Atalaya parecería más lógica, y nos llevaría a pensar en su pertenencia a algún tipo de mueble horizontal compuesto por varias escenas con un mismo discurso narrativo, y que estaría flanqueado lateralmente por estos dos santos guerreros, como puede verse en otros ejemplos de la producción inglesa.
La figura de San Miguel (32 x 11 cm.) es la que se conserva más íntegra. Como es habitual, se muestra en pie, pisando a un demonio. Empuñaría con su mano izquierda perdida la lanza, mientras con la otra mano, de alargados dedos, sujeta el escudo. Viste una cota de malla escamosa sobre la que se dispone el manto. De su dorso surgen las alas, cuyos perfiles resaltados son indicativos de su cronología. En el rostro destaca la prominencia de los ojos, además del particular tratamiento del cabello a modo de media melena de bucles. La bestia a sus pies se ha plasmado replegada, mordiendo el escudo del arcángel. El modelo de su singular cabeza se repite en el extremo de la cola, a una escala menor. La pieza todavía presenta vestigio de los colores que presentaba en origen.
La pieza maestra: el Calvario o la Crucifixión
El cuarto relieve en alabastro es el más importante artísticamente y, nos lo encontramos en la capilla de Santa Bárbara, sobre el arco de acceso a la sacristía. Es una talla de finales del siglo XV. Tiene unas dimensiones excepcionales (75,5 x 44 cm.), muy por encima de otros relieves con la misma temática. Su ubicación actual puede que no sea la original, ya que este acceso en el arco a la sacristía se realizó a fines del siglo XVIII. Tal vez fuera realizado para ser dispuesto en el nicho donde se aloja en la actualidad, aunque nos inclinamos por considerarlo vinculado a un conjunto de alabastros de mayor amplitud, un retablo de los que llegaron a las costas cantábricas durante el siglo XV. Posiblemente en esta misma capilla, pero en su pared sur, donde antiguamente estaba el sepulcro de la familia Arostegi, patronos de la iglesia, y en el que figuraban sobre la carnera las armas de esta familia. Actualmente, en esta pared sur tenemos la representación de San Nicolás sobre el altar, del que ya ha desaparecido la carnera con las armas de la casa Arostegi. Centrándonos en este relieve de la Crucifixión, podemos decir que lo ocupan abundantes figuras: Cristo y los dos ladrones, seis soldados, San Juan y las tres Marías (a la derecha de Cristo), y el Centurión (a la izquierda). Toda la pieza se enmarca en un nicho cuadrangular-triangular definido por una moldura de sección triangular, en cuya parte inferior hay una inscripción latina en letra tardogótica. Remata el conjunto un animal fantástico sobre el que reposa una peana de vaso poligonal.
Fuentes utilizadas para esta píldora: Andrés Morales, A. (1987); Barrio Loza, J.A. (1984); González, J.M; González, Y.; Sagarduy, J.L. (1984); López del Vallado, F. (1920); Muñoa Santurce, M. (1982); Yradi, J.A. (1844); Zabala Allica, C. (1964); Zabala Otzamiz-Tremoya, A. (2000).
Agradecimientos: a Jesús Muñíz, Aintzane Mujika y Emiliana Ramos; y a todas y todos los que entienden que la difusión del patrimonio e historia de un pueblo también se puede realizar de esta manera. Siempre con humildad y respetando cuando es necesario las básicas leyes científicas del respeto a la fuente bibliográfica.
Tiempo de lectura: 4' 11'' / Tiempo de elaboración de la píldora: unas 10 horas de investigación y redacción.
*Si os ha gustado compartir y difundir, y entre todas y todos hacemos más grande nuestro pequeño paraíso.
Alabastros en su anterior ubicación |
Alabastros hoy en día |
Clave de San Lorenzo |
Imagen del Calvario |
Inscripción en la base del Calvario |
Sepulcro restaurado |